Abstract:
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La evo-devo ya está ahí. Despuntó en el horizonte de la biología evolucionaria y se instaló como un nuevo campo de investigación. Los estudios embriológicos, que la nueva síntesis había dejado fuera de la agenda evolucionista, vuelven al centro de la escena y muestran que en la ontogenia pueden encontrarse datos y claves de importancia crucial para el estudio de los fenómenos evolutivos. La novedad en curso es importante porque la biología evolucionaria del desarrollo entraña algo más que un nuevo dominio de estudios. En ella se está articulando una nueva teoría sobre los fenómenos evolutivos, distinta de la teoría de la selección natural. Una teoría que, ofreciéndose como complementaria y no como contraria o alternativa a esta última, tampoco puede considerarse su mera subalterna. La teoría que se está articulando en el dominio de la evo-devo persigue objetivos que le son propios y que siempre fueron ajenos a la selección natural. Es eso lo que la define como una teoría nueva e independiente; una que puede ser distinta de aquélla, sin por eso oponérsele. La filosofía de la biología debe reconocer ahora ese hecho y asumir sus consecuencias. Al hacer esto, la reflexión epistemológica podrá contribuir a que la relación entre ese nuevo dominio de los estudios evolucionarios y los desarrollos clásicos de la teoría de la selección natural sea mejor comprendida, evitándose las polémicas estériles sin valor real para la ampliación del conocimiento y para la explicación de los fenómenos evolutivos. Está ocurriendo una gran novedad en el dominio de la biología evolucionaria, pero ello no implica una impugnación de aquello que la nueva síntesis consideró como sus conquistas más relevantes. Estamos ante una gran transformación que tiene la forma de una concertación a ser articulada y no la de una revolución ante la cual sólo quede plegarse o resistirse. Dejando a un lado su vocación de búhos, los filósofos de la biología pueden contribuir a que esa articulación se realice, y es a eso que este libro apunta. |